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Llega el veranito y, aunque nunca dejemos de lado los tintos (sobre todo los más frescos), en plena ola de calor nos apetece un buen vino blanco para refrescarnos y disfrutar de los planes más veraniegos. Como existen muchos tipos de vino blanco, hoy te vamos a ayudar a elegir el mejor vino blanco para cada ocasión.

¿Te apetece vino blanco y no sabes qué comprar? Tranquilo, tranquila, porque en devinosconvintae.com tenemos blanquitos para todos los gustos.

 

Vino blanco afrutado

Los vinos afrutados, como su propio nombre indica, son aquellos en los que los aromas de la fruta son los más destacados. Suelen ser vinos jóvenes, muy aromáticos, suaves en boca, con toques dulces pero con una buena acidez que les da frescura. Para nosotros, el rey del verano si quieres vinos blancos afrutados es sin duda Libalis White. Elaborado con Moscatel de Grano Menudo, Viura y Malvasía, tiene toques de frutas tropicales, es super refrescante y marida con un sinfín de platos veraniegos como ensaladas, pescados, sushi, arroces, pastas suaves…

 

Vino blanco semidulce

Novedad absoluta de esta temporada, nuestro Libalis Semidulce es el vino perfecto para quienes buscan un punto más de dulzor, los amantes del toque goloso en los vinos, que tan bien sienta en verano y que tan de moda está últimamente. Para elaborar este Semidulce, interrumpimos la fermentación para que queden azúcares propios de la uva y así conseguimos un semidulce natural al que es difícil resistirse. Fragante y equilibrado, es ideal para el aperitivo, pero también encaja a al perfección con platos fríos, ahumados, carnes blancas… Todo un hit veraniego.

 

Vino blanco seco

Si en los vinos blancos afrutados o en los vinos blancos semidulces encontramos mucha presencia de la fruta, en los vinos blancos secos buscaremos además otros matices como aromas minerales, florales, herbáceos, melosos… que provienen del carácter de la variedad de uva con la que se elaboran, del propio proceso de elaboración o de la crianza, ya que también hay vinos blancos con crianza en barrica o sobre lías.

Un ejemplo perfecto para empezar con este tipo de vinos es Hacienda López de Haro Blanco, un vino blanco seco de Rioja, elaborado con la variedad Viura y con un ligero paso por barricas que combina muy bien con platos como los arroces o los pescados blancos pero también es perfecto para copear.

 

Si queremos ir un paso más allá y probar un vino con algo más de presencia de la madera, elegiríamos Atlantis Godello, un vino con cuatro meses de crianza sobre lías en barricas de roble que se aprecia en nariz con aromas de frutos secos y en boca con su estructura y complejidad. Este vino es más gastronómico y encaja a la perfección con pescados más grasos o platos con salsas más potentes.

Además, también hay vinos blancos secos sin crianza, con magníficos ejemplos en zonas como Rueda, con nuestro Bardos Verdejo, o en Navarra, con el vino blanco natural sin sulfitos añadidos y ecológico Le Naturel Blanco.  Los dos son muy versátiles en sus combinación con distintos platos.

 

Vino blanco dulce o de postre

Para acabar, no podíamos olvidarnos de los vinos dulces o de postre, vinos más minoritarios pero auténticas joyas enológicas, difíciles de elaborar, como nuestro Aroa Berandu, un vino de vendimia tardía sorprendente por la acidez que conserva a pesar de vendimiarse la uva en diciembre con una alta concentración de azúcares. Imprescindible probarlo acompañando (o incluso sustituyendo) a los postres.

Elijas el que elijas, disfruta de los mejores vinos blancos, es el momento perfecto para ellos.

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